La boda de Raquel y Rodrigo es un ejemplo de boda con lluvia. Una boda preciosa, divertida y con mucho encanto, ¡además de no pasar calor! Se casaron en Madrid en unas de las pocas semanas de tormentas pero todo salió a la perfección y disfrutaron igual de su gran día. Recordamos el refrán: Novia mojada, novia afortunada.
Y es que la lluvia no era constante y dejaba cielos preciosos con la luz de la tormenta para poder hacer nuestras fotografías.
La ceremonia fue en la Parroquia San Gabriel Arcángel, lugar amplio y con buena luz. Sumando las emociones, besos y risas de novios e invitados no pudimos dejar descansar a nuestras cámaras.
Al terminar la boda llovía con muchísimas ganas, pero soluciones hay para todo y alguien apareció con una sombrilla enorme para que esta pareja no se quedara sin su arroz. La verdad es que no sabíamos si íbamos a poder hacer unos retratos de pareja antes del cóctel en el exterior, pero como siempre pasa, la lluvia aminoró el tiempo justo para que todo se pudiera hacer a la perfección.
Igualmente, unos meses antes, esta pareja y yo nos vimos en Madrid un día muy soleado para hacer una bonita sesión preboda.